El kayak Rob Roy es considerado el primer kayak del piragüismo moderno. Parece que hay vestigios de que hace 4000 años e incluso hay gente que dice hace seis mil años ya había personas que se desplazaban en algún tipo de canoa primitiva pero se considera que John McGregor es el padre del piragüismo moderno porque les dio a las canoas un uso de ocio. A posteriori incluso organizó carreras, etcétera, y por eso se dice que es el padre del piragüismo moderno.
Él mandó fabricar un kayak al que llamó Rob Roy. Le pidió ayuda a un constructor de esquifes, Saerles of Lambeth, que tenía mucha experiencia en la fabricación de botes de remo ligero y lo que le pidió hacer es un kayak más o menos como lo conocemos hoy en día.
Con este kayak, que incluso le podía poner vela pero que principalmente se movía con la pala, hizo un viaje por Europa partiendo de Londres y escribió un libro que tituló Mil Millas en la Canoa Rob Roy.

Posteriormente creó un club en el que fueron asiduos gente muy conocida de su tiempo como Robert Louis Stevenson, el príncipe
Eduardo y Charles Dickens, y fue un personaje muy conocido en la época. John McGregor fue lo que entendemos como un héroe romántico que hacía expediciones a lo desconocido. Fue un pionero en su época y son remarcables especialmente sus viajes al río Jordan y al Nilo.

Yo tuve la oportunidad en un viaje que realicé a Londres de contactar con varios miembros del Royal Canoe Club y visitar el club que fundó John Mcgregor en 1866. Es considerado el primer club de piragüismo del mundo y todavía es un centro muy activo. Estuve hablando con James Clark y me enseñó incluso el manuscrito original de las Mil millas por Europa.

Fue impresionante poder ver este cuaderno porque es parte de la historia del piragüismo y normalmente no tenemos la oportunidad de ver un documento de este valor.
John McGregor era un abogado de patentes pero tenía mucha habilidad con el dibujo. Acompañaba sus anotaciones con ilustraciones de lo que de lo que va viviendo día a día.

Os dejo unas fotos de estos dibujos sacadas del cuaderno de notas original de John McGregor para que podáis observar su detallado trabajo.







Para finalizar quiero agradecer la disposición y la ayuda del Royal Canoe Club que nos abrió sus puertas, y en concreto de James Clark y David Lawrence que nos permitieron hacer fotos y nos contaron esta historia de primera mano.